¡Feliz Navidad!
El Dios de la Vida nos sigue sorprendiendo con su presencia siempre nueva, que brilla, en cada Navidad, en el rostro de Jesús Niño, cuidado por la ternura de María y sostenido por la fortaleza de José. La itinerancia y la migración los obliga a refugiarse en un país extranjero con el hijo recién nacido.
Celebrarla hoy en tiempos de pandemia, nos invita a sentir con los migrantes e itinerantes, la necesidad de comunicarnos de una manera nueva y creativa, de valorar todo aquello que nos une y ver las diferencias como oportunidades de crecimiento mutuo.
Es una de las maneras de “salir mejores” de esta crisis que no nos va a dejar iguales que antes. Para esto, reafirmamos juntos, una vez más, de que nadie se salva solo.
La Sagrada Familia de Nazareth nos anima a seguir eligiendo el camino del diálogo pacífico y confiado para que los migrantes e itinerantes puedan transmitir sus valores culturales y ellos, a su vez, puedan acoger lo bueno en la experiencia que compartimos día a día.
Las historias de los migrantes también son historias de encuentro. Navidad es tiempo de encuentro. El Dios que nace viene a proponernos un estilo de vida con sabor a Evangelio, en fraternidad y amistad social.
(Francisco, Fratelli tutti)
¡Feliz Navidad!
Comisión Episcopal de Migrantes e Itinerantes
25 de diciembre de 2020