En el Mensaje Navideño de este año el Papa Francisco expresaba: “Que este tiempo de bendición le permita a Venezuela encontrar de nuevo la concordia y que todos los miembros de la sociedad trabajen fraternalmente por el desarrollo del país, ayudando a los sectores más débiles de la población.”
La realidad que está viviendo el pueblo venezolano nos toca muy de cerca a todos nosotros: son numerosas las familias que golpean nuestras puertas para pedir alojamiento, alimento, ropa, trabajo, contención, y todo tipo de ayuda para afrontar el drama de la migración y del refugio forzado.
Es por eso que nos unimos a la súplica del Papa para pedir a todas las personas, instituciones y entidades, civiles y religiosas, gestos concretos de solidaridad que puedan dar una respuesta pronta y generosa para estos hermanos nuestros.
Como Comisión Episcopal de Migrantes e Itinerantes sentimos el compromiso de facilitar instancias que ayuden a “acoger, proteger, promover e integrar” a las familias venezolanas que llegan a nuestra tierra y que cada día aumentan en número. Particularmente necesitan alojamiento y trabajo. Todos los ofrecimientos los pueden hacer llegar a nuestra Sede:
Agradecemos desde ya todo lo que puedan hacer por ellos. En este tiempo de Navidad Jesús nos vuelve a decir: “Era extranjero y ustedes me recibieron en su casa… porque lo que ustedes hicieron para ayudar a una de estas personas, es a mí que me lo hicieron.” (Mt 25, 35.40).