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«¡Resucitó de veras mi amor y mi esperanza!»

«¡Resucitó de veras mi amor y mi esperanza!»

(Secuencia pascual)

Hoy resuena en todo el mundo el anuncio de la Iglesia: “¡Jesucristo ha resucitado! ¡Verdaderamente ha resucitado!”.

“Es otro “contagio”, que se transmite de corazón a corazón, porque todo corazón humano espera esta Buena Noticia. Es el contagio de la esperanza: es la resurrección de Cristo, la victoria del amor sobre la raíz del mal, una victoria que no “pasa por encima” del sufrimiento y la muerte, que los traspasa, abriendo un camino en el abismo, transformando el mal en bien, signo distintivo del poder de Dios.” (Francisco, 12 de abril de 2020)

El Resucitado no es otro que el Crucificado. Lleva en su cuerpo glorioso las llagas indelebles, heridas que se convierten en lumbreras de esperanza. A Él dirigimos nuestra mirada para que sane las heridas que nos trajo esta pandemia que nos cambió la vida repentinamente.

Éste no es el tiempo de la indiferencia, porque el mundo entero está sufriendo y tiene que estar unido para afrontar esta crisis. Que Jesús resucitado conceda esperanza a todos los pobres, a quienes viven en las periferias, a los prófugos y refugiados, a los que no tienen un hogar, a los migrantes e itinerantes más débiles y vulnerables.

Que el Señor de la Vida se muestre cercano a cada uno de ellos y triunfe en sus corazones y en sus vidas.

Con María, Mujer de Esperanza y Madre de los Migrantes, ¡les deseamos unas muy felices fiestas de Pascua de Resurrección!

 

Comisión Episcopal de Migrantes e Itinerantes

4 de abril de 2021

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