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Capilla “N. S. de Itatí”, Don Bosco

Nuestro país se formó a partir de la inmigración, por una gran cantidad de extranjeros que vemos hoy en nuestras ciudades, en nuestros barrios, y que despiertan todo tipo de reacciones entre jóvenes y adultos.

El domingo 1 de septiembre, Día Nacional del Migrante y del Refugiado, bajo el lema “No se trata solo de migrantes”, el Papa Francisco nos invitó a todos a rezar y a trabajar para que se tutelen y defiendan las familias de los migrantes, de los refugiados y de las minorías, conscientes del gran valor que significa para ellos tener un techo, un trabajo, un pedazo de tierra donde vivir.

Sabemos que muchos migrantes en nuestros barrios son víctimas de la mendicidad forzada, de la violencia, de la persecución, de la trata y tráfico de personas, de la explotación laboral y sexual, y del tráfico de órganos, entre otros males.

En la Capilla “N. S. de Itatí”, de la localidad de Don Bosco, nos unimos a esta iniciativa de Francisco y celebramos ese día con la alegría de sabernos todos miembros del Reino de Dios aquí en la tierra, sin distinción de razas, pueblos, idiomas o color.

Con banderas de distintos países quisimos identificar nuestras raíces y procedencias, saludar a la Virgen con el rezo del Ave María en distintos idiomas: coreano, francés, polaco, guaraní y celebrar esta fiesta con chipá y comidas propias de otros países, como signo de que todos somos hermanos y que formamos parte de este sueño de Don Bosco: “somos patio, somos familia”.